miércoles, 4 de abril de 2012

en busca del sentido...

Creo que hay una maquinaria que se encarga de decirnos constantemente que no se pueden cambiar las cosas. Que el mundo funciona así y que hay que aceptar las cosas como vienen. Yo no estoy de acuerdo. Creo que en ese mecanismo de creación de la realidad esta la clave. Es la fortaleza del sistema, y a la vez su talón de Aquiles. Al crear una realidad que nos niega, nos invisibiliza, genera, a su vez, las semillas del cambio. Lleva en su seno las contradicciones que nos permiten emerger, encontrar las fisuras y plantear otras realidades, otras verdades, otros mundos. Por eso es importante vernos, reconocernos y organizarnos. Por eso es importante recuperar las experiencias de lucha, de resistencia, pero también, de creación de alternativas.

Es por eso que me interesa colaborar en la visibilización de una experiencia interesantísima. La de un@s campesin@s que desde su rinconcito en el mundo nos dan algunas claves para construir esas alternativas, para ponerlas en práctica, para hacerlas realidad. Un grupo de personas que vive, y produce de una manera distinta a la que hoy impera en el mundo. Familias, niñ@s, jóvenes y viej@s, que intentan producir alimento sano para ellos y para sus comunidades. Gente que cuida su tierra para su familia, su comunidad, su país y la humanidad toda. Personas que ponen los intereses colectivos por sobre los intereses individuales, e intentan generar conciencia sobre las ventajas de la producción orgánica, sana, limpia. Producir sano para comer sano, para vivir bien.

Necesitamos repensar nuestra relación con la tierra, con la naturaleza. l@s campesin@s de las lomas tienen mucho que enseñarnos en este proceso de re-aprendizaje que tenemos que llevar adelante. La vida moderna nos ha enajenado del vínculo con la tierra. La agricultura moderna es una agricultura sin gente, sin dialogo, sin amor ni respeto por la tierra. Hemos destruido nuestra relación filial con la Pachamama y eso nos puede costar muy caro. Estamos a tiempo de recomponer el vínculo con nuestro ambiente y restructurar nuestras formas de producción y reproducción de la vida.

 l@s campesin@s tienen una opción, una vía, algunas ideas y experiencias de como se podría repensar la producción de alimentos para una vida mas sana y armónica. En lo personal creo que es una propuesta muy interesante, urgente y necesaria. El modelo de concentración de tierras, producción química y altamente tecnificada para el mercado no ha resuelto el hambre en el mundo. Tampoco ha demostrado ser un modelo ambientalmente sustentable, sino más bien lo contrario.

Es por ello que urge dar espacio a estas nuevas-viejas propuestas. No se trata de un retorno a un idílico pasado de armonía del “buen salvaje”, de un(a) campesin@ intrínsecamente ecológico, sino de recuperar aquellas cosas que puedan servirnos para caminar hacia una producción de alimentos inclusiva, que solucione las necesidades de tod@s l@s habitantes de este planeta y de l@s que vendrán. Una propuesta que no solo alimente al mundo, sino que lo alimente mejor. Una producción de alimentos que responda a las necesidades básicas de la gente, a las prácticas culturales de los pueblos y a las condiciones ambientales locales, para la construcción de una sustentabilidad económica, política, social, cultural y ambiental a largo plazo.

No soy campesino, ni siquiera nací en el campo. Pero me preocupa la actual (e histórica) situación de desigualdad, injusticias y hambre que imperan en nuestro planeta. Somos much@s los que no estamos de acuerdo en vivir asi. Somos much@s los que queremos un mundo mas justo, equitativo, sin hambre, sin miseria, sin racismos, sin explotación, sin violencia. Un mundo o muchos mundos, como se quiera, donde cada ser humano (y no humano) tenga la libertad y posibilidad de realizarse y fluir como ser, de vivir, de crecer, de aprender, de enseñar, de co-evolucionar.

Creo que una sabiduría profunda reside en los pueblos que resisten y luchan por su autonomía, su autodeterminación y vivir acorde a su cosmovisión. A mi modo de ver, l@s campesin@s del Escambray representan una alternativa de producción y de vida. Una propuesta alternativa que puede enseñarnos algunos pasos para caminar y hacer realidad nuestros sueños y utopías. Quizá no sea el momento todavía de cosechar, pero si de sembrar y compartir las semillas de esperanza.

lunes, 2 de abril de 2012

IN TÉCPATL TLAMACHINTLAHLI

El pensamiento que emerge de estar sembrado en el corazón
Refelxión para comprender qué perspectiva teórica-epistémica
está sosteniendo el trabajo

Este texto no pretende ser ni siquiera un primer borrador. Intenta más bien ser una invitación. Mía, propia, de con quienes dialogo y construyo en conjunto. Un buscapiés que vaya poniendo los cimientos de una reflexión más amplia al respecto de la mirada teórica-epistémica que está detrás de todo esto, así como de la narrativa que la intentará articular al interior de la tesis.

Hoy por la mañana mientras me bañaba pensaba en cómo iba a hacer para resolver esta cuestión de la semana convocada por el compa Marco y tan sonada en el seminario ciesas. Esta necesidad de lo que recalcaba Pier acerca de tener un chimali argumentativo, pero necesidad también y sobre todo, de entretejer la complejidad que ha implicado el proceso de investigación. Así llegué a platicar con Xóchitl.

Coincidimos en la idea de comenzar cada capítulo con una narración que en textura y contenido logre dar una introducción al respecto. Un relato construido para comunicar el gozo del proceso creativo con su complejidad; logros, retos, dificultades, aportes etc. Un ejercicio que logre entrelazar un malinali que se teje a partir de tres hebras:

• El posicionamiento ético, metodológico, epistémico
• La experiencia etnográfica del trabajo con la gente
• La Articulación con quienes previamente han escrito sobre el tema

Una reflexión construida a partir de respondernos para quién, para qué, con qué y cómo hacemos el trabajo, quienes somos y en qué momento de la historia lo hacemos. Un espejeo que nos hable de la posicionalidad y la idea de crear un conocimiento situado, que busque hacer un análisis reflexivo que sirva de eje de todo el trabajo.

Esto consiste, así como decíamos con Xóchitl el otro día, en espejear lo que hemos cocinado en conjunto quienes participamos en el trabajo y ahora decir que eso que hacemos, eso que decimos, entra en ciertos debates académicos y la manera en que intentamos entrelazarnos con ellos; qué cosas han dicho otres también al respecto, cómo y desde dónde lo hacen, y cómo podemos con elles armar el malinali. Entonces ese será el marco general de la reflexión inicial de cada capítulo, con la idea además de que cada comienzo de capítulo ofrezca también los ejes analíticos específicos que cada apartado convoca; dando la pauta a que armoniza cada uno de ellos, pero intentando mantener la unicidad del relato de toda la tesis.

Hasta ahora sólo he construido el primer diálogo al respecto de por qué considero que es importante iniciar la tesis con una parte histórica. Esos son los cimientos de la introducción teórica del primer capítulo.

POR QUÉ LA MEMORIA, CÓMO Y PARA QUÉ DIGNIFICARLA

Este apartado es una respuesta a la respuesta que la compa Mónica hizo de mi invitación para la construcción del tataranieto del ahuizote, nuestra sección de la revista K´uxaelan y programa de radio:

PROPUESTA PARA EL PRIMER RELATO.
Pues bien, me parecen buenas tus propuestas de texto que vienen aquí, sin embargo, considero que antes de introducirnos a argumentar sobre el titulo o nombre de la sección o programa, es necesario según mi visión preguntarnos: ¿Por qué historiamos? ¿Por qué es importante apelar a las voces ocultas de la memoria colectiva que no están en la historia oficial o nada más están de pasadita? Es decir, por qué volteamos la cara al supuesto pasado muerto, pestilente y por ello enterrado. Me parece que si iniciamos con esto podemos argumentar que a través del tiempo quien tiene el poder es el que escribe o reconstruye la historia, una historia que como ha dicho Galeano ha sido escrita para América o Abya Yala desde afuera, desde la visión de los hombres, una historia de machos y para machos (donde las mujeres tienen un papel a la sombra de los caudillos y señores), contada y reproducida para que el poder de los hombres se perpetué. Ha sido una historia de blancos, absolutamente racista donde los movimientos o la organización de los pueblos originarios y afros no se mencionan, o si se hace se distorsionan los hechos, se les condena, justificando con ello la represión salvaje y el sistema colonial en que se vive o mejor dicho en que se vive sometido. Una historia donde lo que se busca es el folklor de los atributos culturales de los pueblos originarios para comercializarlos o mostrarlos como piezas de museo más parecidos a un zoológico humano. Como bien apunta Bonfil Batalla, una historia de engrandecimiento del indio muerto, de ese indio de las zonas arqueológicas, no del indio vivo.

Ha sido una historia de ricos que corresponde a sus necesidades para justificarlas y ampliarlas. Tenemos una historia de militares, una memoria que concentra en su seno el uso de la fuerza, de hechos sangrientos, de vencedores y vencidos, y yo añadiría a esto que menciona Galeano, una historia limitada a las batallas públicas y sangrientas, que se concentran en el espacio público, lejano de la cotidianidad y de la vida privada que es ahí el verdadero sustento de la resistencia, este tipo de historia es en verdad la más difícil, más para los que no vivimos ahí o presenciamos esto, es por ello de la necesidad imperante de hacer nuestra la propia historia, que no vengan de fuera a contar lo que vivimos y hacemos, aprender a reencontrarnos con nuestras voces, siempre habrá un oído atento y un corazón que quiera aprender, escuchar y compartir. Por último, nos hemos acostumbrado a una historia maniquea, una historia de buenos y malos, que tal parece que no son mujeres y hombres quienes la hacen, que tienen pasiones, intereses, miedos, filias y fobias y que su actuar corresponde además a un contexto histórico y social concreto. Es, en este tipo de historia donde se ha omitido, justificado y ocultado conscientemente, grandes genocidios, e injusticias en pro de una “gran causa” en la que no están incluidos los disidentes y los de abajo.

Ante lo dicho arriba, ¿es necesario historiar Jaime? ¿Para qué hacerlo? ¿Cómo hacerlo en el seno del movimiento social y político en el cuál se participa?

RESPUESTA DE LA PROPUESTA PARA EL PRIMER RELATO 
Por qué la historia, por qué la memoria, por qué dialogarla, por qué traerla al ahora, al nosotros, al después, al para allá

Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacer-la,
La memoria está en el aire que respiramos. Ella, desde el aire, nos respira.
Es contradictoria, como nosotros.
Nunca está quieta. Con nosotros, cambia.
(…) La memoria viva no nació para ancla.
Tiene, más bien, vocación de catapulta.
Quiere ser puerto de partida, no de llegada.
Ella no reniega de la nostalgia, pero prefiere la esperanza,
su peligro, su intemperie.

Un malacate mío de Eduardo Galeano


Entonces Moni ¿Por qué historiamos? ¿Por qué es importante apelar a las voces ocultas de la memoria colectiva?

Al pasado hay que mantenerlo vivo, hay que hacerlo resurgir de esa muerte a la que lo pretenden condenar. Convertirlo de algo enterrado y pestilente a algo que respira, que está lleno de colorido.

La memoria y la historia son procesos sociales, culturales y políticos que vamos construyendo (Hollbwach). La memoria es ese relato que permanece en nosotros como personas y grupos. La historia es una herramienta que nos permite plasmar ese relato, potenciarlo, ayudar a traer la memoria al nosotros, a lo que somos, a través de un proceso comunicativo. Historiar es una forma de hacer y mantener viva la memoria, hacerla un espejo. Tenerla a la mano para contarla, mantenerla en movimiento.

Como decía la historia es una herramienta, una más de las formas de creación humana, que como todas está a expensas del poder que nos trastoca (Foucault). Como dices hay una historia hegemónica, patriarcal, capitalista, una historia de ricos que corresponde a sus necesidades para justificarlas y ampliarlas, un instrumento de dominación que deshumaniza. Un relato épico ampliamente reproducido que ha hecho que nos acostumbremos a esa historia maniquea de la que hablas, que invisibiliza a las mujeres y hombres que la viven día a día con sus complejidades humanas que trata de acallar sus voces, que nos hace pensar que la historia se hace allá arriba, lejos de quienes la construimos en la cotidianidad como procesos amplios y complejos

Pero también existe la contramemoria o memoria contrahegemónica (Connerton, Foucault) la historia otra, la nuestra, la que hacemos, la que construimos desde el movimiento como un ejercicio contrahegemónico. La que va contra lo que te quieren hacer aprender en la escuela para que seas un buen ciudadano reproductor del sistema. Una que nace de ese ejercicio de Genealogía (Foucault), que es crítica porque supone el ocaso de los ídolos (Nietzsche) que desmitifica al ofrecer otra miradas, al construir un relato desde el resurgir de nuestra memoria.

La memoria histórica es una herramienta de lucha, algo que nos permite una reflexión y crítica sobre nuestro acontecer político y social desde una perspectiva de largo aliento. Recordamos nuestro pasado, recordamos a nuestros muertos, y los hacemos vivos para poder seguir mirando el horizonte. Para que la memoria nos cobije y dé rumbo, que nos dé una posibilidad de construir hacia delante y seguir alimentando ese horizonte de lucha, que sólo podemos tener si tenemos claro de dónde venimos, quiénes somos y cómo hemos luchado. Necesitamos la memoria para seguir adelante, una historia que quienes han hecho la memoria tengan oportunidad de contar, de hacerla y serla. Creo por lo tanto también que es nuestro papel hacer llegar esas herramientas a los protagonistas de esa historia, tender un puente y en diálogo construirla con ellos, con nosotres.

SIGUIENTES DOS APARTADOS:

- HACEMOS PARA SER EN Y DESDE LA CONSTRUCCIÓN DE OTRO MUNDO; SOBRE EL DIALOGO Y LA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA


- NUESTRA LECTURA DE LA HISTORIA Y NUESTRO POSICIONAMIENTO POLÍTICO-ÉPISTÉMICO: COLONIALIDAD, DESARROLLO Y CONTRAHEGEMONÍA